
El kickboxing nació en Japón en la década de 1960 como una fusión de técnicas del karate tradicional y el boxeo occidental, buscando crear un estilo de combate más dinámico y efectivo. Su desarrollo fue impulsado por practicantes que deseaban aplicar el karate en combates de contacto pleno, incorporando golpes de puño, patadas y técnicas de rodilla. Con el tiempo, el kickboxing se expandió a Tailandia, Europa y Estados Unidos, influenciado también por el Muay Thai. Durante los años 80 y 90, ganó popularidad gracias a competiciones internacionales y figuras como Benny Urquidez y Jean-Claude Van Damme. Hoy en día, el kickboxing se practica tanto como deporte de combate como método de acondicionamiento físico, valorado por su intensidad, coordinación y poder explosivo.